He pasado por varias relaciones amorosas y a medida que fui creciendo aprendí de cada una de ellas para poder disfrutarlas al máximo y a la vez cuidarme lo que más pueda. Compartí con ustedes mis pensamientos sobre el que se enamora gana, porque creo que, al amor no hay que limitarlo y hay que sentir con todo el potencial del corazón.

Cuando uno termina una relación amorosa después de haberlo entregado todo, termina con el corazón bastante destrozado. Es una tristeza muy grande y para superarlo lo primero que pensamos es: tengo que olvidarme de todo. Tiramos todos los elementos que nos hacen recordar a esa personas, cambiamos hábitos que antes realizabamos juntos, o en el peor de los casos tratamos de reemplazar por otra persona (sería algo que no recomiendo porque es momento de estar con uno mismo y recuperarse primero).
La primer pregunta que me hago cuando esta situación acontece es ¿para qué tuve que conocer a esta persona? ¿cuál es la enseñanza? Entonces, cuando me planteo esta pregunta, automáticamente viene la respuesta de que no tengo que olvidarlo, tengo que superarlo. ¿Cuál es la diferencia entre olvidarlo y superarlo?, que en la segunda me quedo con la enseñanza.
Si estábamos destinados a encontrarnos en esta vida, es para enseñarme algo y de seguro (porque no) para yo enseñar algo al otro. Ese conocimiento tiene que quedar en mí, porque me va a servir para futuros sucesos, que puede ser para una futura relación, como también puede que no, pero tengo que saber capitalizar ese aprendizaje. Esa persona me abrió los ojos en cierto aspecto de mi vida, viví algo nuevo, conocí algo que no me hubiera sido posible de otro modo. Incluso puede ser un autoconocimiento, gracias a esa persona conocí un aspecto de mi vida que no hubiera sido posible si no hubiera pasado por eso.
En una relación que tuve mucho tiempo atrás, cuando me terminó me dijo que me quería terminar porque sabia que te trataba mal, pero que yo noe me estaba dando cuenta. Obvio, no fue en el momento, si no hasta tiempo después, que comencé a comprender algunas situaciones que no estaban bien, y yo debería haberme dado cuenta en el momento. ¿Me sentí mal? Mucho, pero siempre pienso que para algo se dan las situaciones. En el momento lo relacioné con una falta de valorización, si yo me hubiera valorado lo suficiente, me hubiera dado cuenta de lo que sucedía, pero evidentemente había algo que me faltaba aprender. Después de esa situación comencé a prestarme mucha más atención y a cómo otros me trataban. Entender que, por más que ame o me guste alguien, yo estoy primero y no hacer nunca nada que no me guste. De hecho creo que una persona antes de estar con alguien en una relación tiene que estar bien consigo mismo. Y esto es tema para otro post.

Del mismo modo que afirmamos que las cosas pasan para algo, esta situación algún aprendizaje tiene que haber dejado. Creo que el que olvida a una persona después de una relación se encuentra en desventaja, porque tendrá que pasar por lo mismo otra vez para aprender lo que tiene que ser aprendido. Elijo dejar a esa persona ir en paz, con amor y desearle toda la felicidad del universo y quedarme con todo el aprendizaje que me servirá para no vivir lo mismo de nuevo. Creo que así es la mejor forma de evolucionar y seguir creciendo. Si nuestro objetivo como seres humanos es justamente aprender a serlo, este aprendizaje es importante para completar esto.