Apagando el ruido para encontrarse

Estoy escribiendo esto como forma de desahogarme mientras que tengo todas mis redes bloqueadas por voluntad propia, para enfocarme en mi. Resulta que estoy recibiendo mentoría de coaching y tengo que encontrar respuestas dentro de mí, a las que solo podré llegar si dejo de recibir tanto ruido en mi día a día.

Apagar el ruido externo al cual nos encontramos expuestos por voluntad propia, me pareció uno de los desafíos más lindos y me pareció increíble que alguien me lo propusiera y no me hubiera dado cuenta yo mismo. No es por hacerme el auto superado, pero me sorprende que no nos demos cuenta hasta qué nivel dejamos llevarnos por lo cool o bonito que es dejar inflar el ego, mientras por otro lado, estamos permitiendo que ideas con intereses de otros formen opinión como si fuera la nuestra.

Al estudiar publicidad siempre me separaba esa delgada línea entre creador de comunicación persuasiva para lograr un objetivo y observador de lo invasivo que es. Hoy me doy cuenta que el estudio de la disciplina de comunicación social orientada al marketing, me esta sirviendo como un aprendizaje necesario para poder discernir mejor el ruido y poder protegerme del bombardeo constante de comunicaciones formadoras de opiniones.

No voy a ser hipócrita diciendo que me volví un extremo luchador de la comunicación y por lo tanto dejar de usar nunca instagram o facebook, porque me parecen herramientas sensacionales para lograr objetivos particulares, y de seguro mis emprendimientos la usaran, pero sí me parece importante destacar que cada uno para su conocimiento personal, primero debe pasar por un apagón para poder llegar a ese nivel y con una base sólida, para después no dejarse manipular y usar las redes con completa atención.

Imagino a los centennials que nacieron usando las redes, desde pequeños inmersos en este mundo del ego donde se tiene que demostrar quién tiene el feed más lindo, con los mejores colores, organizado cuál Kim Kardashian con una precisión absoluta. Imagino que para ellos la dificultad de llegar a entender el ruido es más elevada, porque no conocen otra realidad. Tengamos en cuenta que estoy generalizando a toda una generación y de seguro hay excepciones a la regla. Imagínense que siendo una generación anterior, tengo reglas para publicar en mi Instagram, y Facebook.

De la mano de mi coach, conocí sobre Heidegger que comparte una interesante reflexión donde define al ser como un individuo inauténtico “debido a que este vive en modo de pasividad y condicionado desde afuera, desde lo que el medio dicta, inmerso en el mundo del “se dice”, de las “habladurías”, incapaz de tener voz propia, pensamiento propio o criterio propio.

Pero estas “habladurías” no solo alejan al Dasein de su “existencia auténtica”, sino que además determinan sus comportamientos, siendo incapaz de actuar por sí mismo. Así veremos al Dasein inauténtico viviendo de lo que la “publicidad” le presenta, y al carecer de criterio propio aceptará sin más, todos lo enunciados que esta le proponga como verdad.

Con respecto a la publicidad, Hidegger dice que:

“Ella regula primeramente toda interpretación del mundo y del Dasein (ser), y tiene toda la razón. Y esto no ocurre por una particular y primaria relación de ser con las “cosas”, ni porque ella disponga de una transparencia del Dasein hecha explícitamente propia, sino precisamente porque no va “al fondo de las cosas”, porque es insensible a todas las diferencias de nivel y autenticidad. La publicidad oscurece todas las cosas y presenta lo así encubierto como cosa sabida y accesible a cualquiera.

Les voy a dar un ejemplo muy concreto sobre publicidad que me llamó mucho la atención desde que estoy en Argentina. Hay un anuncio que comunica sobre el dolor de estómago que se genera cuando te dicen el género de tu bebe, o cuando te dicen la nota en la escuela, tomes un medicamento X. La pregunta es, ¿por qué me tiene que doler el estómago en esas situaciones? Se dan cuenta la sutileza donde se da por sentado algo, que si no estamos atentos lo tomaremos como verdad por nuestro subconsciente y cada vez que pasemos por una situación similar, sentiremos ese dolor. Nos encontramos en una era donde podemos controlar este tipo de pensamientos y reglas que nuestra mente subconsciente tiene.

Ahora imaginen alguna situación de habladuría o información. ¿No fue durante la pandemia que muchos de nosotros dejamos de ver noticias para resguardarnos sanos durante el aislamiento que estábamos viviendo de forma repentina sin siquiera entender o asimilar lo que sucedía? Otro ejemplo de cómo, manejando la información externa, puede ayudarnos a crecer de forma interna.

Lo que más me sigue sorprendiendo de nuestra época, y ya lo he twitteado varias veces, es la disponibilidad de información; contamos con la teoría para resolver nuestros problemas para seguir evolucionando, pero nos falta la práctica, porque justamente es lo más difícil. Y es aquí cuando me doy cuenta, porqué documenté con tanta precisión una metodología o pasos para lograr objetivos para personas como yo, que les cuesta tener una disciplina y eliminar ruidos para lograr eso que tanto anhelamos.

Los extremos no son buenos, por eso aislarse por completo de información o alejarse por completo de las redes sociales, no creo que sea una solución a largo plazo, pero sí hacerlo por unas semanas para experimentar, observar y aclarar pensamientos saliendo de la regla, me parece al menos desafiante y entretenido. Los desafío a hacerlo y experimentar con su vida para lograr resultados diferentes.

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