Críticos, no fanáticos

Estamos viviendo tiempos donde todo se polariza, te encontrás en esta vereda o en la de enfrente. No sólo en Argentina, esto esta sucediendo a nivel global, cual epidemia que se esparce desde ya algunos años, podría decir décadas, y no me atrevo a decir desde siempre, simplemente porque no existía para presenciarlo y carezco de ese conocimiento. Lo que si sé, es que esta polarización beneficia a los líderes de dichos polos, porque al tener al grupo segmentado, es más fácil hablarle, convencerlo y dirigirlo. Esto se ve en Comunicación Política de primer año de la facultad de Ciencias de las Comunicación.

Porque siempre medimos con la regla favorable, a lo que simpatizamos y le tiramos a matar a aquello con lo que no simpatizamos? No deberíamos medir todo con la misma vara? Lo hacemos porque esta en nuestra condición como seres humanos. Pero en mi opinión, deberíamos medir todo bajo las mismas reglas, ser críticos y no fanáticos. Ahí se encuentra el indicador clave para darnos cuenta que no estamos siendo objetivos, y que nos esta inundando el fanatismo acérrimo.

El fanatismo en sí mismo es una distorsión cognitiva de la realidad que va acompañada de una mirada parcial y arbitraria del objeto de dicho

El fanático se caracteriza por la intolerancia a las opiniones de otros, se apoya en la selección de información que se consume, se caracteriza por la intransigencia y la radicalización política, se caracteriza por la falta de flexibilidad mental, tiende a obsesionarse con una idea y no tiene problema de ir a la confrontación agresiva. Mientras que alguien con pensamiento crítico; implica cuestionar y verificar la veracidad de la información, intenta distinguir entre hechos y opiniones, reconoce los sesgos, realiza búsquedas de múltiples fuentes de información y analizar, cuestiona y reflexiona sobre los hechos.

Hemos llegado al extremo donde nos preguntamos si nuestros amigos siguen a una figura determinada para seguir hablándole o no. Eso es lo que logra la polarización y así es como ellos ganan. Así es como la diferencia comienza. Hay miles de historias de argentinos de la época entre Cristina vs Macri; muchas familias se pelearon por la política, mientras ellos comparten ideales y seguro que negocios también.

Creo fervientemente que debemos siempre juzgar (hablando como ciudadanos que valorizan una situación), por los hechos de las acciones, pero no por quien lo realiza. De esa forma, nos aseguramos de que la regla sea igual para todos.