Así como me gusta decir que sigo siendo turista en Buenos Aires, a pesar de ya estar en mi noveno año en esta jungla, me gusta afirmar que somos turistas de la vida. Cada uno es turista de su vida. Por algo nacemos en cada vida sin el aprendizaje de las anteriores y ese recorrido de descubrimiento, de prueba y error, de sonrisas y llantos es necesario para crecer. En cada vida somos turistas de estas pruebas constantes, de las preguntas más existenciales que podemos hacernos. Cada exhalación, cada latido del corazón nos recuerda que seguimos presentes, seguimos de paso en una vida que no se detiene y que cuanto más rápido aprendamos, más muros podremos sobrepasar. Me gusta pensar que soy turista en una vida llena de aprendizaje.
Wikipedia dice lo siguiente “Un turista es aquella persona que se traslada de su entorno habitual a otro punto geográfico. Todo individuo que se moviliza de un lugar a otro es considerado viajero. Entre la figura de “viajero” podemos distinguir al “visitante” de los “otros viajeros”. Es visitante el que viaja a un lugar fuera de su entorno habitual y no lleva a cabo en el destino una actividad remunerada por residentes.“.
El alma se traslada de un cuerpo a otro, puede o no ser el mismo punto geográfico, pero al no recordar nada es como si lo fuera. Podemos decir y me gusta pensar que un alma es turista o viajera si lo vemos desde el punto de vista de cantidad de vidas de un mismo alma. Por lo tanto nuestra vida es una aventura de visita que cuanto más llena de amor la vivamos, mejor será <3