Me enteré de la competencia Spring Roller 2014 una semana y media antes, y no dudé en inscribirme. Desde el año pasado que estaba esperando un evento de estas características, ya que no me animé a participar el año pasado porque recién retomaba la actividad. Tampoco soy un entrenador habitué, y menos en invierno, lo mio es más un hobbie de salir ha hacer alguna actividad al aire libre y disfrutar con quien se quiera prender a vivir un día de finde distinto.
Puede sonar tonto, pero es bueno disfrutar de la experiencia completa. y desde el momento que me anote, me lo propuse. Sabía que no iba a competir, sino a disfrutar de todo. Desde la entrega del kit, la elección de la remera, el preguntar, observar y aprender cómo usar el chip, número de corredor e instrucciones, dinámica de participación y toda la parafernalia que envolvía a los corredores y la competencia en sí.
Con el número 4101 largué, y a la primer vuelta, que son 3.2K ya estaba exahusto. La alegría de mi dos amigas que me alentaban cada vez que completaba una vuelta me invadió el corazón de sentimientos lindos. La primera y la tercer vuelta fueron las que me resultaron más extenuantes. En la última ya me dedique a disfrutar del camino para no pensar en nada más.
El todo, además de haber terminado fundido cuando llegué, fue una experiencia muy positiva, que te deja con una satisfacción enorme de haber participado, corrido, haber llegado sin raspones y muchas cosas más. Siempre lo veo desde el punto de vista de la creatividad, y hacer este tipo de actividades a los cuales no estoy acostumbrado me hacen sentir una adrenalina de emociones increíbles que te inspira a niveles irrisorios. Sin lugar a dudas, voy a seguir buscando eventos en cuales participar porque me gustó y lo disfruté.
Fue un día que, sin dudas, me gustaría volver a vivir.