El primero libro del año no estuvo en mis planes, llegó por interrupción en medio de los días de más relax y desconexión. Mi mamá lo habia comprado y buscando otra cosa apareció arriba de la mesa. Siempre creo que lo que leo llega en el momento justo, y así lo hizo El Combustible Espiritual 2 de Ari Paluch. Es la continuación de lo que creo una charla abierta con una conexión divina, explica en sencillas y aterrrizadas palabras conceptos de la vida y como hacer para disfrutarla siendo. Cuando vivimos conscientes, estamos siendo y estamos dejando o intentando dejar al ego de lado. Cuando eso sucede, es cuando estamos siendo felices en el momento presente y hackeando lo que suele creerse como destino. El recorrido es lo importante y el seteo de objetivos con significado lo que hará tener la motivación e inspiración justas para que suceda la magia.
El año pasado, 2018, cayó a mis manos El Combustible Espiritual (el primero). Lo tenía en la biblioteca de casa, categorizado mentalmente como un libro que seguro no me interesaría. A casa llegó por una amiga, que se lo había encontrado y me lo había traído. Causalidad o no, lo necesitaba más que nada y me ayudó a superar algo. Las verdades son universales, las creamos o no y ya había leido de otros autores muchos de esos conceptos, pero a veces el orden si altera el producto en estos casos y mostrarlos desde esa perspectiva hacen que el todo tenga sentido.
Un libro recomendado, si estamos en busca de sentar bases para una vida plena.